La procrastinación o el arte de hacer retroceder al mañana lo que podríamos hacer hoy.
Mientras que algunos lo han convertido en un estilo de vida, otros, por el contrario, hacen todo lo posible para no caer en el círculo vicioso de la procrastinación.

El mecanismo de la procrastinación:

Este es un fenómeno universal que puede traducirse retrasando voluntariamente las tareas planificadas que son importantes y esto a pesar de las consecuencias que pueden resultar.
Por supuesto, reorganizar su agenda para permitir más espacio para una tarea importante no es necesariamente una postergación.
La procrastinación generalmente ocurre para tareas que se consideran desagradables, donde la recompensa es a veces inexistente o apenas perceptible.
Este mecanismo ha sido probado por la ciencia y resulta en un conflicto real entre lo que la persona debe hacer y lo que realmente hace.

Y no piense que la procrastinación solo afecta a algunas personas.
Un estudio mostró que alrededor del 20% de la población practica la procrastinación crónica.
Los estudiantes son los campeones de la postergación porque se encuentran entre 80 y 90% para postergar al menos una hora por día.

Procrastinación, las consecuencias:

Las consecuencias de la postergación son numerosas y no se limitan al hecho de que las tareas se posponen.
De hecho, la postergación es una falla de la autorregulación y esto no es inconsecuente porque conduce directamente a la reducción del bienestar general.
En una persona que pospone las cosas, los niveles de estrés, ansiedad y depresión son más altos.
En el caso de la procrastinación extrema y persistente, el estado de salud física y mental se vuelve muy malo.

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¿Cómo luchar contra la procrastinación?

El tiempo y su noción juegan un papel fundamental en la procrastinación. Lo que es problemático es la estimación errónea a menudo del tiempo requerido para completar la tarea.
Uno puede ver un exceso de optimismo o la política de avestruz, pero en ambos casos, la persona está luchando para enfrentar la realidad y su retraso.
También es importante saber qué es urgente y qué no. En otras palabras, preferimos abordar una tarea más fácil que la tarea más importante con el pretexto "Tengo que hacerlo absolutamente, no puede esperar".
Finalmente, es inútil, incluso contraproducente, decirme de la noche a la mañana, dejaré de procrastinar.
Es necesario establecer un plan de acción, analizar el propio comportamiento y establecer objetivos realistas.

Un método simple es establecer sus propiedades en función de dos factores:

  • el grado de urgencia y utilidad de la tarea a mano
  • nivel de dificultad y dificultad

Al priorizar la urgencia y la utilidad de la tarea, aumentará su motivación y confianza.
Elige las acciones que llevas demasiado tiempo postergando y, si son varias, elige las que menos esfuerzo y tiempo deberían requerir.