El padre de la propaganda moderna.

Edward Bernays es reconocido como el padre fundador de la propaganda moderna y relaciones públicas. Este término adquirió una connotación negativa, pero su visión abrió una nueva era comunicacional. “Propaganda” explora cómo influir en la opinión pública, un tema candente en la era mediática actual.

Según Bernays, la propaganda promueve productos, ideas o comportamientos. Educa moldeando los deseos del público. Esto implica estudiar las motivaciones humanas para formular mensajes impactantes.

Su enfoque pretende tener matices, no engañar sino convencer a través de argumentos racionales y emocionales. Un equilibrio difícil en el marketing contemporáneo.

Comprender los resortes psicológicos

Un principio fundamental de Bernays: descifrar los resortes psicológicos que guían la conducta. Analiza motivaciones, creencias e influencias sociales inconscientes.

Examina el impacto del miedo, el orgullo o la necesidad de pertenencia en las decisiones. Estas palancas emocionales permitirían persuadir mejor. Pero cuestiona la ética.

Bernays también destaca la importancia de los líderes de opinión en la difusión de ideas. Obtener su apoyo crea un movimiento en la sociedad civil, una táctica sabia.

Un legado visionario pero controvertido

Cuando se publicó, el trabajo de Bernays fue criticado por los críticos que lo llamaron un "Maquiavelo moderno". Sin embargo, sus métodos se utilizan en todas partes: marketing político, publicidad, lobbying.

Se le critica por haber hecho a los individuos impresionables frente a discursos construidos. Pero sus detractores pasan por alto su objetivo de actuar en beneficio del interés público.

Su legado sigue siendo controvertido dados los excesos manipuladores actuales. Formar una mente crítica y una ética rigurosa es fundamental.

Un visionario influenciado por el psicoanálisis

Sobrino del célebre Sigmund Freud, Edward Bernays se sumergió desde temprana edad en los innovadores preceptos del psicoanálisis. Esta temprana inmersión en las teorías freudianas moldeó de forma duradera su visión de la mente humana. Al analizar el funcionamiento del inconsciente, Bernays comprendió la importancia crucial de los deseos y motivaciones profundos que impulsan a los individuos.

Esta visión única de la naturaleza profunda del ser humano resultaría decisiva. Luego teorizó ampliamente sobre su enfoque en obras exitosas como “Relaciones públicas” en 1923 y luego “Propaganda” en 1928. Estas obras sentaron las bases de esta nueva disciplina esencial para la era moderna.

Explotar mitos y fantasías colectivas.

En el centro del trabajo de Bernays se encuentra el imperativo de descifrar con precisión los mecanismos psicológicos de las multitudes. Recomienda analizar detenidamente los mitos, fantasías, tabúes y otras construcciones mentales estructurantes de una sociedad. Identificar estos elementos le permite diseñar mensajes impactantes que resonarán favorablemente.

El hombre de influencia debe saber cómo apuntar con precisión a los puntos de valoración narcisista de su público objetivo. Halagar hábilmente el sentimiento de pertenencia a un grupo o clase social estimula la membresía. El objetivo final es crear una conexión emocional profunda y duradera con el producto o idea que se promociona.

Manipulación sutil de las mentes.

Sin embargo, Bernays se mantiene lúcido sobre los límites inherentes a la persuasión de las masas. Según su análisis, sería ilusorio querer moldear y moldear enteramente las mentes. De hecho, estos conservan una base fundamental de pensamiento crítico que debe respetarse.

Además, el mejor resultado que un practicante experimentado puede lograr razonablemente sigue siendo guiar sutilmente las percepciones y motivaciones de las multitudes. Una visión matizada de la manipulación psicológica que, sin embargo, sigue siendo controvertida en cuanto a consideraciones éticas.