Tanto en el ámbito familiar como en el profesional, saber escuchar permite solucionar o evitar muchos problemas y calmar muchas situaciones. Esta es la razón por la que todos deben aprender a escuchar a los demás para comprender mejor lo que dicen, con miras a un diálogo constructivo. Sin embargo, esta habilidad no es innata, se adquiere con la práctica. ¿Cómo y por qué escuchar con eficacia? Aquí están las respuestas.

Que escuchar?

 Callate y habla poco

Escuchar significa, ante todo, permanecer en silencio y dejar que la otra persona se exprese o exprese lo que piensa sobre una situación. Por lo tanto, debe tener cuidado de no interrumpirlo diciéndole una situación similar experimentada recientemente o un recuerdo similar. De hecho, no se trata de ti, se trata de la persona. Además, cuando alguien quiere hablar contigo, rara vez te escucha hablar de ti. Lo que busca es que lo escuchen, así que déjelo hablar si ha aceptado escucharlo.

Manténgase enfocado en la persona y lo que dicen

Escuchar también se mantiene enfocado en la persona y en lo que dice. Eso significa que no piense en lo que podrá responder, pero primero intente comprender su situación. Dándole un oído atento es de hecho la única manera de ayudarlo, lo que le hace olvidar sus propias preocupaciones para centrarse mejor en sí mismo. Entonces, no se preocupe por lo que puede responder, concéntrese primero en lo que ella le dice.

Mantente neutral

Poder escuchar también significa mirar serena y calladamente a la otra persona mientras ella habla sin tratar de dominarla o juzgarla. De hecho, si su actitud muestra lo contrario, puede significar para su interlocutor que le molesta y acortará el mantenimiento o la conversación. Cualquiera que sea el objetivo final de este último, es un esfuerzo perdido, porque el otro puede no confiar nuevamente o retractarse.

El objetivo de escuchar atentamente es intercambiar o compartir ideas con la persona para encontrar un resultado o una solución al problema que lo une. Mantenerse neutral y objetivo le permite dar un gran paso hacia la solución de problemas y brindar consejos relevantes según sea necesario.

Haga las preguntas correctas

Para llegar al fondo del problema, debe hacer las preguntas correctas. Esto es válido ya sea una entrevista de trabajo, razones por la ausencia del trabajo u otra. Al posarlas directamente, seguramente podrá obtener respuestas precisas, lo que le permitirá tener alguna aclaración sobre el tema. Por lo tanto, si las sombras persisten, lo sabrá de inmediato y obtendrá información de calidad.

No juzgues a la persona

Como se explicó anteriormente, no juzgues a la persona, pero sigue siendo objetivo, por lo que adoptar los gestos, la mirada y la entonación de las voces que se prestan a ella evita las complicaciones. Esta actitud es particularmente recomendable en caso de conflicto entre varios protagonistas u otros. Esto significa que no está tomando partido y que solo está tratando de encontrar la mejor solución para solucionar la situación.

Estar interesado en lo que la otra persona está diciendo

También debe estar interesado en lo que dice la persona. De hecho, no puede convencerse si no muestra los signos visuales y verbales que prueban que presta toda su atención. Por ejemplo, revise su cabeza de vez en cuando para alentarla a continuar su explicación o para indicar que está de acuerdo con lo que dice. Si le resulta difícil cuando practica una profesión que requiere habilidades de escucha, debe entrenar y practicar ejercicios.

No ofrezcas consejos

En algunas situaciones, si la otra persona no pide consejo, no les aconseje. Puede ser que solo esté buscando un oído atento y compasivo, solo para liberarse de un peso enorme. En caso de que se queje de ti o de tu reacción, que hable y vacíe su bolsa como dicen. Una vez que haya terminado de hablar, trate de explicarle las cosas con calma y deje en claro todos los puntos necesarios.

Entonces, sabrá que realmente lo escuchas y que no tendrá que repetir siempre lo mismo en caso de quejas.

Siendo empático

Sin estar de acuerdo con su interlocutor, puede escucharlo, pero en lugar de objetar, puede ver la situación desde su punto de vista. Al proceder como tal, está seguro de que lo comprende mejor y de tener otra visión de su punto de vista. Sin necesariamente aceptar lo que la otra persona piensa o dice, puedes adoptar una buena actitud frente a él para calmar la situación.

Sin embargo, escuchar no significa estar disponible o no disponible en cualquier momento

Sin embargo, algunos casos son excepciones a la regla. En efecto, si bien es un saber hacer o una disposición para relacionarse con los demás, tener esta capacidad de escucha no debe confundirse con invasión o indiferencia.

No dejes que los demás te agarren

No escuches por miedo a no ser cariñoso ni a amar lo suficiente. De hecho, es imposible para usted escuchar a todos y tratar de resolver todos los problemas posibles e imaginables por usted mismo. Debe distinguir entre escuchar objetivamente y escuchar subjetivamente, lo que puede convertirlo en una esponja que absorberá todas las preocupaciones de sus colegas sin realmente poder resolver ninguna de ellas.

No escuches lo que se dice

El comportamiento contrario sería fingir escuchar, algunas personas realmente no prestan atención a lo que se les dice. Su única preocupación es poder aportar argumentos, sin escuchar lo que el otro realmente quiere saber. Así que simplemente no se preocupan por aquellos que no funcionan como ellos y ni siquiera se molestan en fingir que se preocupan por ellos la mayor parte del tiempo.

El término medio entre estos dos extremos sería ser empático sin tener que distraerse con personas que siempre tienen algo para culpar a los demás o llegar a ser demasiado distantes.